Russell es profesor asistente en el Departamento de Música de la Universidad de California, Santa Cruz (UCSC). Recibió su doctorado en antropología enUCSC, realizó sus estudios de maestría en la Universidad de Stanford y obtuvo su licenciatura de la Universidad de Santa Clara. Formado como antropólogo cultural, Russell Rodríguez tiene más de cuarenta años de experiencia como músico en un mundo artístico transnacional mexicano y chicano. Sus intereses de investigación se centran en el Gran México, la cultura expresiva, la producción cultural, la cultura popular, la migración transnacional, la poética de la frontera, los estudios de performance y la estética.
Russell es músico y bailarín profesion a le specializado en estilos de interpretación de la huasteca, jarocho, mariachi y otras formas musicales tradicionales de México. Russell comenzó a bailar folklórico de niño con Los Mestizos y más tarde, con Los Lupeños. A la edad de 10 años comenzó a tocar formas tradicionales de la música mexicana aprendiendo y actuando con algunos de los mejores músicos tradicionales en ambos lados de la frontera entre Estados Unidos y México. Ha adquirido un conocimiento profundo e íntimo de las prácticas culturales mexicanas y ha establecido una red profesional transnacional con maestros de danza, músicos y académicos de renombre internacional tanto en México como en los Estados Unidos.
Russell ha trabajado de distintas manera para la Institución Smithsonian como investigador, anotador y productor de Folkways Recordings, y como co-curador de Nuestra Música: Programa de Música en la Cultura Latina para Folklife and Cultural Heritage American Festival. Co-compiló, anotó y produjo la compilación Recording del Smithsonian Folkway, Rolas de Aztlán: Songs of the Chicano Movement, que contó con artistas y conjuntos como Agustín Lira, Daniel Valdez, Flor del Pueblo, Los Alacranes Mojados y Los Lobos del Este de Los Ángeles. En diciembre de 2018, fue el curador de una presentación, titulada Los sonidos de California: Mayfair como empleado de Alliance for California Traditional Arts (ACTA). Como compositor e intérprete, Rodríguez trabajó como director musical del Teatro Vision en San José, California, una compañía de teatro arraigada en la experiencia chicanx y latinx. Allí contribuyó a la producción musical de la obra teatral La Muerte Baila y creó dos partituras originales, incluida la de la obra Macario, basada en la novela de B. Traven y un guión bilingüe original para una obra teatral titulada La Departera,que se estrenó en octubre de 2018.
Russell, un erudito innovador y un músico talentoso, contribuyó enormemente a la creación del documental Danza Folkórica Escénica: El Sello Artístco Rafael Zamarripa. Como asistente de producción, participó en la investigación de campo y los rodajes en varios lugares, realizó entrevistas en el lugar y asistió a reuniones folclóricas en los Estados Unidos y México. Dada su experiencia en producción, grabación, composición e interpretación, Russell se desempeñó como director musical y diseñador de sonido. Russell se encargó de todo, desde la selección de los músicos, las sesiones de grabación de ingeniería y la composición de varias piezas para la película. De hecho, el tema principal de la película, Son del Barrio, grabado por Los Otros, es una de las composiciones originales de Russell. También trabajó extensamente en la edición de narrativas filmadas, creando narraciones en off y contribuyendo a todas las sesiones finales de mezcla de sonido. En 2007, fue galardonado con una beca postdoctoral del presidente de la Universidad de California para trabajar con George Lipsitz en la Universidad de California en Santa Bárbara. Russell Rodríguez fue honrado con el Premio a la Excelencia en la Enseñanza 2019-20 en la Universidad de California, Santa Cruz.
Russell ha publicado varios artículos y actualmente está completando su libro, Mariachi: Performing the Soundscape of Greater Mexico,sobre la interpretación y práctica transnacional del mariachi que ofrece una comprensión matizada de la estética y la política utilizadas como discurso. A través de su discusión sobre las dinámicas culturales y políticas entre los participantes de ambos lados de la frontera, ilustra cómo los practicantes se conectan a una red transnacional de músicos que establecen diferentes tipos de inversión y posicionamiento dentro de esta práctica cultural.
Russell C. Rodríguez
5 de Abril, 2011
Mi primera interacción con el maestro Zamarripa tuvo lugar en 1975, cuando vino a enseñar en la Asociación Nacional de Grupos Folklóricos en San Jose, California. Aunque yo era un ingenuo de 12 años con sólo tres años de experiencia en la danza, me dejó una profunda huella como profesor y como un hombre muy generoso. Desde entonces he asistido periódicamente a talleres ofrecidos por Zamarripa en los Estados Unidos y en México. El maestro siempre nos ha alentado, a mí y a otros, a dedicarnos a la práctica de la danza folklórica, y a mí personalmente a tomar en serio mi compromiso con la música folklórica mexicana.
La visión sonora para el proyecto de este documental era obvia. La música folklórica mexicana "tradicional" ofrece una maravillosa diversidad de estados de ánimo y sentimientos que proporcionan el paisaje sonoro más adecuado para este relato de la historia de la danza folklórica a través de la perspectiva de Zamarripa. En este proyecto he tenido la gran oportunidad de trabajar con muchos músicos de inspiración que han influenciado mi conocimiento de la cultura expresiva de México de la misma manera que lo ha hecho el maestro Zamarripa. Artemio Posadas, Ramón Gutiérrez Hernández y Juan Reyes Rodríguez, junto con otras y otros músicos mexicanas/os y chicanas/os, me han enseñado muchas cosas sobre el folklore mexicano y la música en general. Estoy agradecido a todas aquellas y a todos aquellos que han contribuido a las interpretaciones de los sones, jarabes y otras formas musicales que informan este documental.
Además de selecciones tradicionales, integramos al proyecto música original de Ramón Gutiérrez, Juan Reyes, Sergio Gutiérrez, Chris González Clarke y mía, con el fin de establecer diferentes ambientes para el relato.
Qué inmenso placer tener a tantos músicos talentosos, como Juan José Díaz, Juanito Díaz, Abigail Torres: mariacheros locales del área de San Jose; el maestro arpista Sergio Alonso del famoso Mariachi Los Camperos de Nati Cano, que proporcionó varias pistas y variaciones del tema musical "Polino Guerrero". El artista de blues Hook Herrera, en la armónica, vino a mi casa y grabó varias selecciones. Juan Reyes, además de compartir composiciones originales, nos proporcionó algunos arreglos excitantes para que los utilizáramos en la banda sonora. Aunque realmente disfruté la grabación de música folklórica mexicana, debo decir que fue un reto bienvenido el escribir la pieza "La Tormenta", con Chris González Clarke, para representar al Movimiento Chicano de los años 70. La música de grupos como Malo, Sapo, Azteca, El Chicano y la de Santana desempeñó un lugar necesario de representación de los latinos dentro de lo que era popular y corriente. Dejaron un legado sonoro importante que tratamos de emular en esta pieza original. La otra selección temática, "Son del Barrio", fue un híbrido intencional que escribí a finales de 1990 cuando trabajaba con la banda chicana Los Otros. En ese tiempo, estaba desarrollando una relación con la música rock popular y alejándome de la interpretación de la música folklórica mexicana. La canción representa esa transición de conocimiento; transición que reúne los dos estilos de música en un son mariachero interpretado con una guitarra eléctrica principal.
La experiencia de trabajar en este proyecto tan cerca de mi corazón con mi mentor Olga Nájera Ramírez, y con Marc Ramos y Gliner Bob fue verdaderamente educativo y placentero. Creo que ofrece una idea de lo que experimentamos como folklóricos y por qué es importante la danza folklórica.